MINISTRO VÍCTOR PÉREZ: “EL SISTEMA ELECTORAL QUE HOY NOS ESTÁ RIGIENDO HA PERMITIDO QUE TENGAN INFLUENCIA EN LA VIDA POLÍTICA NACIONAL SECTORES MINORITARIOS”

Si sólo tienes 5 minutos, lee estas claves:
– En entrevista con Mesa Central, el ministro del Interior, Víctor Pérez, señaló que los sistemas electorales son instrumentos que hay que discutir y revisar, y que el mecanismo D’Hont vigente en Chile desde 2015, “ha permitido que tengan influencia en la vida política nacional sectores minoritarios: ¿Eso es lo que quiere el país? Yo creo que eso no es lo que quiere el país. En ninguna democracia seria los grupos que sacan 1, 2 ó 3%, son los que, en definitiva, imponen las reglas del juego”.
– Su afirmación es FALSA. El sistema D’Hont es, de acuerdo con el Servel, “un método matemático para asignación de escaños, que permite obtener el número de cargos electos asignados a la candidaturas, en proporción a los votos obtenidos”. Las candidaturas se reparten proporcionalmente según el número de cargos a elegir y los votos totales obtenidos por cada lista electoral, no por cada candidato individual.
– En ese sentido, el sistema vigente efectivamente ha permitido que, por arrastre, al menos 13 candidatos hayan sido electos con menos del 3% de los votos. Sin embargo, al referirse a “sectores”, es necesario mirar los resultados de las listas que representan en cada distrito y no los de cada candidato de forma individual.
– En ese grupo de parlamentarios electos hay representantes de los partidos de Chile Vamos, de la ex Nueva Mayoría y del Frente Amplio, las tres principales fuerzas políticas en Chile.
– En ninguno de los 28 distritos resultó electo en 2017 algún diputado cuya lista haya obtenido menos del 9% de los votos.
– Eso sí, hay discrepancias entre los expertos para definir si una lista electoral, que en algunos casos puede estar marcada más por conveniencia estratégica que por afinidad política, pueda ser considerada como un “sector”.



Fue en el contexto de la reforma que el gobierno impulsa para reducir el número de parlamentarios. Era el domingo 16 de agosto, y el programa, Mesa Central de Canal 13. Víctor Pérez, ex senador UDI y actual ministro del Interior, resaltaba la importancia que tenía para el Ejecutivo la iniciativa que se discute en el Congreso y que sólo dos días antes había incorporado una indicación desde la Presidencia para darle curso: bajar de 155 a 134 el número de diputados y mantener el Senado con los 50 escaños ya definidos. Además, el gobierno propone establecer un piso mínimo de votos para quien resulte electo. ¿Cuál sería ese piso? Un 3%.

Así lo argumentó Pérez: “Los sistemas electorales son instrumentos que tenemos que discutir lo más ampliamente posible, y este, que hoy día nos está rigiendo, ha permitido que tengan influencia en la vida política nacional sectores minoritarios. ¿Eso es lo que quiere el país? Yo creo que eso no es lo que quiere el país. En ninguna democracia seria los grupos que sacan 1, 2 ó 3%, son los que, en definitiva, imponen las reglas del juego”.

Revisados los antecedentes disponibles en el Servicio Electoral (Servel) y luego de conversar con expertos en materia de elecciones, Contexto Factual califica la afirmación del ministro como FALSA.

Desde el Ministerio del Interior, y ante la consulta respecto a los datos que dan sustento a las afirmaciones del jefe de cartera, señalaron que “el ministro tiene una amplia experiencia como parlamentario y, por tanto, en campañas electorales, por lo que conoce muy bien estos temas”.

El sistema electoral que rige en Chile desde 2015 -aunque recién en las elecciones de 2017 se puso en práctica- es el Sistema D’Hont, que según se explica en el sitio web del Servel, “es un método matemático para asignación de escaños, que permite obtener el número de cargos electos asignados a las candidaturas, en proporción a los votos obtenidos”.

Es un sistema proporcional en que se suman los votos totales de cada lista y se divide según el número de cargos elegibles, según distrito o circunscripción. Por ejemplo, en una elección con tres listas que compiten por cinco cargos, el resultado sobre quiénes ocuparán los cupos se define a partir de la suma total de los votos obtenidos por cada lista, cifra que luego se divide sucesivamente por la cantidad de cargos en disputa. Quienes quedan son los candidatos victoriosos en orden decreciente (ver imagen).



“Efectivamente hay candidatos electos con menos de un 3% de los votos y es una sobre representación de una minoría, eso es un hecho. De cierta forma, se ha homologado con el sistema de arrastre que tenía el binominal y que el sistema reformado, que en teoría es más proporcional, debería haber solucionado”, dice Pamela Niemann, cientista política e investigadora asociada del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales (ICSO-UDP).

Los datos sobre las últimas elecciones parlamentarias disponibles en el Servel dan cuenta de que 13 diputados actualmente en ejercicio fueron electos con menos del 3% de los votos en sus respectivos distritos. Pero sus bajas votaciones personales no implican necesariamente que el sector que representan sea minoritario. De hecho, en ese grupo hay tres de Renovación Nacional (RN); dos de Revolución Democrática (RD), dos comunistas y dos humanistas; un socialista, uno de Convergencia Social, otro de la UDI y un militante de Evópoli.

“Lo que pasa con la baja votación que obtienen ciertos parlamentarios y parlamentarias, es que en Chile hay una mezcla bien sui generis: tenemos un sistema proporcional, aunque se vota por las personas en una lista abierta. Pero los escaños no se asignan a la persona más votada, sino que a las listas electorales, primero a los pactos y luego a los subpactos. Eso ha implicado que candidatos que obtienen muy buenos resultados en sus distritos, y esto es bien transversal políticamente, arrastren a otros candidatos que tienen poca votación. En ningún caso es antidemocrático ni ilegítimo, sino que son las fórmulas electorales”, explica la cientista política Carolina Garrido, también investigadora del ICSO-UDP.

Por ejemplo, el caso de Natalia Castillo (RD) y Gonzalo Winter (Convergencia Social), los dos diputados electos con menor porcentaje de votos en 2017. Ambos iban por el distrito 10 (La Granja, Macul, Ñuñoa, Providencia, San Joaquín y Santiago) bajo la lista G, la del Frente Amplio. Ella obtuvo menos de un 1% de los votos; él apenas un 1,12%. Pero el conglomerado que ellos representaban consiguió en conjunto un 32,5% de los votos que, en cuanto a listas, los situó como la segunda mayoría en ese territorio.

Como el sistema vigente reparte los cupos según el resultado de las listas y no de las candidaturas individuales, Castillo y Winter llegaron como parlamentarios a la Cámara en marzo de 2018, arrastrados principalmente por el buen resultado que obtuvo su compañero de lista, el diputado Giorgio Jackson (RD). Lo mismo pasó, por ejemplo, con Sebastián Torrealba (RN) en el mismo distrito 10: asumió el cargo con apenas un 2,17% de los votos, pero la lista de Chile Vamos, de la cual él era parte, sumó entre todos sus candidatos el 35,9% de los sufragios. Es decir, su votación individual fue minoritaria, pero el sector que representa fue la mayoría en ese territorio.

Ocurre así con casi todos los casos. Boris Barrera y Amaro Labra, ambos del PC -el partido con más militantes del país-, obtuvieron individualmente menos del 2% de los votos en sus respectivos distritos, aunque la lista en la que participaban, La Fuerza de la Mayoría, sacó en los dos casos más del 20%, constituyéndose como la segunda fuerza política en el distrito 6 y la tercera en el distrito 12. Juan Manuel Fuenzalida (UDI), en el distrito 5, apenas logró el 1,69% de los votos, y aún así llegó al Congreso porque en esa zona la lista de Chile Vamos fue la primera mayoría con el 25,7% de las papeletas marcadas.

De hecho, ninguno de los diputados electos en noviembre de 2017 era parte de una lista que haya obtenido menos de un 9% de las preferencias en sus respectivos distritos. 

“Si lo que entendemos por ‘sector’ es una lista electoral, eso [lo que planteó Pérez en su entrevista] en Chile no existe, pues todas han sacado más de un 1%. Yo interpreto un ‘sector’ como una lista, un partido o una coalición, y todos tienen una votación política importante. En ese sentido, lo que dice el ministro es correcto si se refiere a la persona, pero no a un sector”, señala Kenneth Bunker, doctor en Ciencias Políticas y experto electoral.

Por su parte, Niemann es más cauta, ya que a su juicio, “no es correcto asumir la lista como un ‘sector’, porque a veces es algo técnico y estratégico. Para algunos casos hay más o menos afinidad política en la lista, pero no necesariamente identifica un sector ideológico. Para mí, no es correcto decir que correr por una lista para vencer los vicios de un sistema electoral tiene que ver necesariamente con la identificación de un sector político. Habría que identificar qué es un ‘sector’ y qué es ‘minoritario’”.

Respecto a lo mismo, Garrido dice: “No sé a qué se refiere el ministro cuando habla de ‘sectores minoritarios’. Creo que él está comparando el Congreso de cuando había binominal y el de ahora. ¿Pero qué es ‘minoritario’? ¿Cuál es el porcentaje de votación que define que un sector lo sea? El cambio del sistema demuestra que ingresó una fuerza política distinta, que es el Frente Amplio, y supongo que a eso él se refiere como un sector minoritario, pero desde mi punto de vista no lo es. Es una fuerza política relevante en el sentido de que lograron los votos necesarios para obtener escaños con este sistema electoral”.




Publicado originalmente en Contexto Factual (26/8/2020)

Comentarios