¿CÓMO AISLAR LA VIOLENCIA?


La respuesta tiene dos dimensiones: una es la acción policial, deficiente hasta ahora en el esfuerzo por evitar el vandalismo. La segunda es aún más compleja: ¿cómo un movimiento social sin conducción arrincona a los autores de la violencia extrema? La Tercera Domingo consultó a varios especialistas sobre cómo se debiera afrontar y aislar la violencia sin afectar el derecho ciudadano a manifestarse. Aquí algunas propuestas.


Por V. Cofré, S. Rodríguez y J.P. Figueroa



El intendente de la Región Metropolitana, Felipe Guevara, tenía hasta ayer sobre su escritorio 20 solicitudes de marcha para la próxima semana. Hasta ahora tiene previsto autorizar diez. Y ocho de ellas se inician en la Plaza Italia. Hace una semana, pidió en público buscar otros lugares en la capital para manifestarse y así dar paz a los habitantes del centro de Santiago. Hoy asume que ello no es posible. "Es un lugar icónico, es como los Campos Elíseos, o el Obelisco, en Buenos Aires. Es difícil moverse de la Plaza Italia. Es un lugar que simplemente hay que reconocer como icónico y no dar esa batalla, creo yo", dice a La Tercera.

Guevara, exedil de Lo Barnechea y vicepresidente de RN, sí pidió otra cosa el viernes, cuando otra multitudinaria concentración se reunió, otra vez, en ese lugar emblema. Su llamado fue a los manifestantes pacíficos. Lo reitera a La Tercera. "La función que a mí me gustaría que cumplieran los civiles es aislar. Aislar significa dejarlos solos", dice.

Según la Intendencia, el viernes se reunieron 75 mil personas -una cifra que se calculó con imágenes aéreas y un promedio de tres personas por metro cuadrado, pero que ha sido cuestionada en las redes sociales- y el 95% de ellas actuó de modo pacífico. Ahí, según Guevara, estuvo la diferencia. "Es bien sorprendente, porque los violentistas de ayer (viernes) eran entre 3.000 y 4.000 personas. Era un 5%, no era un grupúsculo como en otras oportunidades". El viernes, mientras miles se reunían sin violencia en el día 22 desde que estalló todo, en Vicuña Mackenna vándalos irrumpieron en una parroquia, quemaron una sede de la Universidad Pedro de Valdivia e intentaron ingresar en la embajada de Argentina en Santiago.

LA RESPUESTA POLICIAL

David Rozowski, director ejecutivo de Fundación Ciudadano Seguro, sugiere reenfocar la labor policial, concentrándose en los autores de la violencia, "arrinconándolos sin tocar a las personas que lícitamente están manifestándose". Para ello, dice, la prioridad debe "encajonarlos más que dispersarlos".

El senador Felipe Harboe también propone cambiar la dinámica de la acción de Carabineros y emplear tecnologías nuevas, por ejemplo, drones que permitan seguir en tiempo real dónde están ocurriendo los hechos y destinar ahí fuerzas de tareas dedicadas específicamente a la detención de los violentistas. "Carabineros confunde muchas veces la masividad con la violencia, son cosas completamente distintas. Yo pondría un grupo de elite que, amparado en sistemas tecnológicos, permita advertir cuándo comienzan a reunirse estos grupos, rodearlos y tener anillos de seguridad".

Francisco Merani, presidente de la Asociación de Empresas de Seguridad Privada y Transporte de Valore, también recomienda usar técnicas de infiltración y el uso de cámaras de vigilancia y otros dispositivos con los que se puede construir cierta "trazabilidad en los recorridos y repetición de ciertas personas que están cometiendo delitos en la vía púbica, y procesar esta información mediante las centrales de monitoreo".

La académica de la Usach y directora de Espacio Público, Lucía Dammert, opina que no es solo un asunto de eficiencia policial: también, cree, el uso excesivo de la fuerza de parte del Estado ha retroalimentado la violencia. Pero igual que el resto, también sugiere un cambio en los métodos. "Carabineros debiera enfocarse en aquellos lugares donde efectivamente están los grupos vandálicos y los más violentos y tratar de evitar gasear, mojar y perseguir a aquellos que están haciendo marchas más pacíficas. Con eso evita que haya un traspaso de gente que marcha pacíficamente a apoyar lo violento y que se entremezclen en la multitud".

El exministro del Interior Jorge Burgos sugiere que la actuación de Carabineros sea de "reacción y no de acción ". Es decir, que los uniformados repriman solo una vez que los vándalos actúen y no antes, para no construir la imagen de represión a manifestaciones que son pacíficas. "Sé que es difícil dar recetas no estando en los hechos, pero hay que romper con la sensación de provocación policial, pues creo que la mayoría de las veces son provocados por los violentos", agrega.

LA RESPUESTA CIUDADANA

"Esto, sin la ciudadanía es imposible de parar, porque en las manifestaciones donde no hay líderes cuesta mucho poder identificar cuáles son los grupos", dice Rozowski, de la Fundación Ciudadano Seguro. Aquel ha sido una de las dificultades principales. Es, dicen los consultados, un movimiento sin organicidad, espontáneo, con marchas autoconvocadas, sin conducción, y donde, en los márgenes, se produce la violencia. A ello apunta el llamado de Guevara. Que los manifestantes se distancien de saqueos e incendios. No a que los enfrenten. "Deben detenerlos Carabineros y la PDI. Nadie está llamado a detener a esos vándalos", aclara la autoridad.

Harboe propone a los manifestantes ser más activos, pero no enfrentar a grupos en los que actúan, dice, "barristas, traficantes de drogas y algunos grupos anarquistas o insurreccionales. Esa mezcla es muy violenta, es lumpen dando vueltas". Rozowski dice que la estrategia de la PDI debería replicarla Cabarineros con números de WhatsApp a los que denunciar. El intendente dice que el viernes, los 12 número de la PDI recibieron más de 3.000 mensajes de ciudadanos.

Según Jorge Burgos, hay una complejidad adicional: un grupo importante de personas, pero no mayoritario, y que participa en las concentraciones masivas, no tienen reproches y hasta retóricamente justifica la violencia. "El aislamiento de los violentistas no es tan fácil", agrega.

Lucía Dammert dice que la solución es más política y que policial. "Los violentos no salen solos a marchar, así que para resolver esto debes necesariamente dar una respuesta a las grandes mayorías". Dammert propone que los movimientos sociales generen mecanismos de marcha que no sean diarios, "sino con una o dos marchas a la semana muy grandes. Eso debiera contener un poco, porque está claro que la policía está desbordada". Pero insiste en que el problema no radica ahí.

"La gente ya hace mucho manteniéndose protestando pacíficamente sin sumarse al descontrol por lo que creo que solicitarle al ciudadano promedio que se haga frente a un problema como este es demasiado (…). Ojalá que los ciudadanos se organicen para lidiar con los problemas de la desigualdad, pero para lidiar con el problema del orden público, en ningún caso, porque ahí no sabemos dónde terminamos, y podría ser en linchamientos".

Publicado originalmente en La Tercera Domingo (10/11/2019)

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