LOS OTROS PAGOS QUE RECIBIÓ WAGNER CUANDO ERA SUBSECRETARIO DE MINERÍA

Pablo Wagner no sólo recibió dineros de Penta mientras fue subsecretario de Minería. Simultáneamente obtuvo $24 millones que le transfirió la consultora Génesis Partners, una empresa de la que era socio desde 2009 y en la que supuestamente había “congelado” su participación. Para todos los pagos usó boletas falsas a nombre de su cuñada, Carolina de la Cerda, para así obtener el dinero y evadir impuestos. Surge además un nuevo dato que podría guiar la investigación de la fiscalía de vuelta hacia el SII, de donde se originó la querella: el esposo de De la Cerda es funcionario de ese servicio.




Como subsecretario de Minería, Pablo Wagner San Martín recibía una remuneración bruta que superaba los $6,7 millones al mes. Aunque no tenía experiencia previa en el rubro, ese fue el sueldo que comenzó a percibir cuando asumió el cargo en marzo de 2010, y así se mantuvo hasta su renuncia al comenzar octubre de 2012. En total, fueron 29 meses los que Wagner estuvo en esa cartera y, durante todo ese tiempo, según consta en la querella que presentó en su contra el Servicio de Impuestos Internos (SII), no registró ingresos extra. Pero lo cierto es que, por medio de operaciones fraudulentas, todo ese período recibió en forma paralela pagos desde el sector privado que le permitieron abultar su renta de manera significativa y, a la vez, evadir impuestos.

Pablo Wagner
No se trata sólo de los $42 millones que le pagó de forma irregular el Grupo Penta. Wagner obtuvo además otros $24 millones por medio de boletas falsas mientras fue subsecretario. Los pagos venían mensualmente de Génesis Partners, una consultora de la que Wagner era socio desde 2009 a través de Asesorías e Inversiones Santa Irene Ltda., la sociedad que creó con su esposa. Supuestamente, cuando ingresó al gobierno, Wagner “congeló” su participación en dicha empresa, pero los 26 pagos que aparecen individualizados en la querella que el SII presentó en su contra, indican lo contrario. Todos se hicieron contra boletas de su cuñada, Carolina de la Cerda, por “asesorías financieras” que nunca se realizaron. Las transferencias partieron el mismo mes que Wagner asumió el cargo público. Es por eso que el SII solicitó al tribunal que el Ministerio Público indague la información contable de Génesis entre 2009 y 2014 y cite a sus representantes legales a prestar declaración.

Génesis Partners fue creada en 2006 por el ingeniero civil químico Hipólito Escalona, el ingeniero comercial Ariel Meirovich y el ingeniero informático Alejandro Cañete, todos ex alumnos del Magíster en Finanzas de la Universidad del Desarrollo (UDD), quienes pusieron un capital de apenas $1,2 millones.A ellosse sumarían después, en 2009, otros dos ingenieros comerciales: Roberto Darrigrandi y el por entonces hombre de Penta, Pablo Wagner.

Tras poco más de una década trabajando en las empresas del holding que controlan Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, Wagner ya se había convertido en un ejecutivo de su confianza. Comenzó en 1998 como gerente de Proyectos e Inversiones en Empresas Penta S.A. Luego, en 2000, asumió como gerente de Planificación y Desarrollo de Banmédica, cargo que ocupó hasta marzo de 2009. Fue poco después que se unió a Génesis Partners, que por entonces se llamaba Génesis Consulting & Capital y tenía un capital de $60 millones. Wagner pasaba a ser socio y director de una empresa que nada tenía que ver con Penta, y que estaba dedicada a la asesoría estratégica y financiera para empresas con alto potencial de crecimiento (ver documento). El vínculo le serviría meses después, cuando ya era subsecretario del gobierno de Sebastián Piñera, para inflar de manera irregular un sueldo que ya era bastante oneroso.

Sumados los pagos de Penta y Génesis identificados por el SII, Pablo Wagner recibió en total cerca de $66 millones líquidos en su cuenta personal mientras ejerció como subsecretario. En otras palabras, cada mes recibía en promedio un ingreso bruto extra de $2.528.736, todo a través de boletas falsas a nombre de su cuñada. Al juntar ese monto con su sueldo como funcionario público, Wagner recibía mensualmente ingresos por casi $9,3 millones. A fin de cuentas, ganaba dos millones más que su jefe, el entonces ministro de Minería, Laurence Golborne.


UN PIE ADENTRO, EL OTRO AFUERA

Al ingresar a Génesis Partners, Wagner había sacado un pie del Grupo Penta, pero aún tenía el otro adentro. Seguía representando al holding en el directorio de AFP Cuprum, donde era vicepresidente desde 2007. Además, no había cortado del todo el vínculo con Banmédica. Un reportaje de La Tercera señala que habría continuado como asesor a través de dos contratos. El primero lo ligaba a la isapre por otros 32 meses, con un sueldo de $7,6 millones mensuales. Con el otro, Wagner se comprometía a realizar estudios sobre normas internacionales de información financiera a cambio de $75 millones. Ambos estaban vigentes cuando Pablo Wagner renunció a comienzos de 2010, tras ser convocado por el Presidente Sebastián Piñera para integrar su equipo de gobierno.

Hugo Bravo
Son precisamente esos dos últimos contratos los que, de acuerdo a las declaraciones judiciales de los ejecutivos de Penta, habrían justificado los $3.000.000 que cada dos meses el grupo le entregó al subsecretario Wagner a través de Inversiones Banpenta, Inversiones Penta III y Empresas Penta S.A. Se trata de 14 pagos que las tres compañías realizaron alternadamente entre junio de 2010 y agosto de 2012, todos por el mismo monto, los que en total suman $42 millones. Los pagos habrían sido coordinados por el ex gerente del Grupo Penta, Hugo Bravo, quien a través de sus declaraciones ante el SII y la fiscalía destapó el fraude.

Las cifras, en todo caso, no calzan con las declaraciones. Los pagos supuestamente corresponden al finiquito de los contratos que Wagner y Penta tenían vigentes cuando asumió en la Subsecretaría Minería. Como aún faltaban 22 meses de contrato con Banmédica, había $167 millones que no se le pagarían. En un correo que Wagner le escribió a Carlos Eugenio Lavín sólo un día antes de ingresar al gobierno, le decía que, si bien había acordado con Banmédica un pago de $75 millones, aún quedaba una diferencia de $92 millones, y agregó: “Cualquier ayuda será agradecida de por vida por mi familia. Demás está decirte que cuentes conmigo para lo que necesites. También que pediré tu consejo a menudo. Como me dijiste cuando hablamos, no es un adiós sino un hasta pronto”.

Los pagos que recibió desde Penta y Génesis dan cuenta de que Pablo Wagner seguía con un pie adentro y otro afuera, pero esta vez por un lado estaba el gobierno y por el otro el sector privado. De esas relaciones cruzadas es que surgen más preguntas que respuestas.


LA ARISTA DOMINGA

Wagner no tenía ninguna experiencia en el sector minero, pero aún así fue nombrado subsecretario de un sector clave en marzo de 2010. No está claro quién lo propuso para integrar el gabinete de Piñera. Al menos hasta ahora nadie en la UDI se responsabiliza. Lo cierto es que, casi al mismo tiempo, uno de los dos socios mayoritarios de Penta, Carlos Alberto Délano, adquirió junto a su familia el control de Minera Dominga, a través de Andes Iron. El proyecto ubicado en la comuna de La Higuera (Cuarta Región), contempla la extracción de hierro con subproducto de cobre y la construcción de un terminal de embarque, y aún se encuentra en etapa de calificación en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA). Lo que la Fiscalía debe dilucidar es si Pablo Wagner tuvo algún rol en los procesos de aprobación de Dominga, sobre todo en su etapa de prospección, que fue aprobado en julio de 2011, cuando él aún era subsecretario. Lo que sí se sabe es que Wagner preguntaba constantemente por Dominga a sus subordinados de Coquimbo y que además siempre mantuvo un contacto fluido con las personas a cargo del proyecto minero.

El 16 de enero, El Mercurio publicó una nota que reveló los correos electrónicos que intercambiaron entre 2010 y 2012 Wagner y el yerno de Délano, Pedro Ducci, quien es vicepresidente de Proyectos de Andes Iron. El primero es de julio de 2010, y en él Ducci le informa a Wagner sobre el proyecto y lo invita a una reunión. Wagner le respondió: “Qué bueno lo del proyecto de mineral de hierro; feliz de juntarnos mañana, y en lo que les pueda ayudar, acá estamos para servirlos”.

No hay evidencia escrita de lo que se conversó en esa reunión. Lo que sí sabe es que apenas Wagner dejó la Subsecretaría de Minería, Penta dejó de pagarle. El último pago del holding que registra la querella del SII fue con una boleta fechada el 29 de agosto de 2012, tan sólo un mes y unos días antes de que se viera obligado a renunciar.


Carlos Alberto Délano
Es por todo lo anterior que entre los políticos que han figurado en los ilícitos del Caso Penta que investiga el Ministerio Público, el nombre de Wagner es el más comprometido. Es el único que ha decidido renunciar a su partido (ver carta de renuncia a la UDI). Un acto que ha tenido alto impacto al interior de la UDI, debido a su cercanía con el presidente del partido, el diputado Ernesto Silva. Cuatro de las boletas que ha cuestionado el SII fueron emitidas en 2009 a una sociedad en que Wagner y Silva comparten la propiedad, y según declaró el ex subsecretario, el parlamentario sabía que las facturas eran falsas. Fue así que el nombre de Silva pasó a ser parte activa en la investigación de la fiscalía.

Por otro lado, sobre Wagner ya pesan dos querellas por delitos tributarios y cohecho: una presentada por el Consejo de Defensa del Estado (CDE) en noviembre de 2014 y otra interpuesta por el SII, el pasado 8 de enero. Se lo acusa de haber omitido ingresos por más de $120 millones en sus declaraciones de impuestos, dinero que obtuvo a través de 59 boletas falsas que su cuñada, Carolina de la Cerda Íñiguez, emitió entre 2009 y 2014 a siete empresas distintas por asesorías y servicios que nunca se realizaron.

De todas esas facturas, 40 están fechadas durante el período en que Wagner estuvo a la cabeza de la Subsecretaría de Minería. Mientras casi toda la atención ha estado sobre las 14 boletas que le pagó Penta, las transferencias que le hizo Génesis Partners han pasado prácticamente inadvertidas. Lo que no se entiende es por qué después de dejar el gobierno y haber vuelto a la consultora, siguió utilizando la vía fraudulenta para cobrar sus pagos. No hay razón aparente para ello, ya que ya no era subsecretario y no había conflicto de interés.


VOLVER A GÉNESIS

Tras su abrupta salida del gobierno por el rol protagónico que tuvo en las irregularidades que derivaron en la invalidación de la primera licitación del litio –lo que le costó una querella del CDE por falsificación de instrumento público–, Wagner volvió a Génesis Partners. En su ausencia había ingresado como socio y director de Génesis el ex director ejecutivo de Canal 13 y vicepresidente de Empresas UC, Jaime Bellolio. No fue el único cambio que encontró a su regresó. La empresa ya no sólo se dedicaba a la asesoría estratégica y financiera: mientras él estaba en el gobierno, sus socios habían ampliado su área de negocios para invertir en distintos emprendimientos. Según se informa en su sitio web, centró su actividad en proyectos del área de servicios, tecnología, retail e industrial, aunque también fomenta proyectos de los sectores, salud, educación y minería. Su negocio: el private equity o capital de riesgo, invertir en emprendimientos en etapa temprana de desarrollo mediante la adquisición de sus paquetes mayoritarios de acciones para luego de un tiempo venderlos y así obtener ganancia en la rentabilidad de la operación. Para ello cuentan con un importante aliado que les permite reducir el riesgo: CORFO.

En abril de 2011, con tan sólo un millón de pesos de capital, nació una filial de Génesis Partners. Su nombre: Administradora Génesis Capital. A través de ella los socios de Wagner se abrieron a la administración de fondos e inversión de capital. De hecho, esa es la empresa encargada de administrar el fondo para capital de riesgo que abrieron en 2012: Génesis Ventures, el cual obtuvo en 2013 una línea de crédito de CORFO por 306.000 UF (unos $7.505 millones) para invertir en proyectos que recién están comenzando.

Según el perfil de LinkedIn de Pablo Wagner, entre 2013 y 2014 fue presidente de la administradora de fondos de Génesis y socio y director de Génesis Partners. Y durante todo ese tiempo siguió utilizando el mismo mecanismo fraudulento para retirar dinero de la empresa y así evadir impuestos. Entre mayo de 2013 y junio de 2014, su cuñada Carolina de la Cerda emitió 14 boletas, todas por un valor bruto de $2,5 millones. Tal como declaró De la Cerda ante el SII, el pago era depositado directamente en la cuenta de Wagner. En ese último período, el ex subsecretario recibió en su cuenta un total de $31,5 millones, libres de impuestos.

Hoy Pablo Wagner ya no es parte de Génesis Partners. Tanto él como su cuñada, Carolina de la Cerda, forman parte del grupo que el próximo miércoles 4 de marzo formalizarán los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena por distintos ilícitos. A partir de ese momento, la investigación por delito tributario que pesa sobre ambos entrará en tierra derecha, iniciando un camino que, de acuerdo a los antecedentes que recopiló CIPER, podría llevar a los persecutores directamente de vuelta a las oficinas del Servicio de Impuestos Internos.


UN CAMINO DE VUELTA AL SII

Al final de la querella del SII, donde se solicitan distintas diligencias, se pide que se investigue “la red familiar de los imputados, a fin de verificar el vínculo existente entre estos”. CIPER se adelantó a la investigación y descubrió un dato hasta ahora desconocido que podría ser relevante para la indagatoria del Ministerio Público: el esposo de Carolina de la Cerda, el ingeniero comercial Francisco Javier Montes Sagredo, es funcionario del SII.

El 6 de diciembre de 2011, Montes renunció a su cargo de síndico ante la Superintendencia de Quiebras. Tan sólo dos semanas después fue contratado por el Servicio de Impuesto Internos. Hoy se desempeña como analista en la Subdirección de Estudios, una unidad no operativa del SII que depende del Departamento de Estudios Económicos. Fue también director del Casino de Talca entre 2010 y 2013, en representación de Inversiones Sagma.

El de Francisco Javier Montes es un nombre que no había aparecido en las investigaciones del Caso Penta. Será tarea del Ministerio Público determinar si cumplió algún rol en el esquema que su esposa y su concuñado, Pablo Wagner, implementaron desde 2009 para obtener pagos de distintas empresas a través de boletas falsas por servicios que no se realizaron y así evadir impuestos.


Publicado originalmente en CIPER (27/1/2015)

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