LOS MILLONES QUE SE FUGARON DE LA UNIVERSIDAD SEK HACIA LAS ARCAS DE LA UNIÓN ESPAÑOLA

En 2010 Jorge Segovia fue el protagonista principal de la salida de Marcelo Bielsa de la Selección Chilena de Fútbol. Pero no pudo disfrutar de la presidencia de la ANFP. Contratos entre sus universidades y colegios SEK con el club de su propiedad, Unión Española, lo inhabilitaron. Aún así, sus montos y condiciones siguieron siendo “secretos”. Esta es la investigación sobre cómo el resurgimiento financiero del club de la colonia española ha sido subvencionado por el lucro en la educación, un nexo que abrirá una nueva arista a la investigación de la fiscalía y que complica aún más la situación judicial de Segovia.

Por Juan Pablo Figueroa y Boris Bezama




Con un fuerte abrazo, el jueves 30 de mayo en Madrid, José Luis Sierra selló con Jorge Segovia (51) el acuerdo de su permanencia como director técnico de Unión Española. Sólo entonces Segovia, el empresario que controla el club, pudo respirar tranquilo: al menos uno de sus problemas, aquel que lo liga al fútbol profesional en Chile, quedó despejado con la decisión de “Coto” Sierra de continuar comandando a los hispanos, desechando la oferta que le había hecho Colo Colo.

Ese fue un gran motivo para celebrar y en algo aminoró que Segovia no haya podido asistir el domingo 26 de mayo al triunfo que coronó a Unión Española como campeón del fútbol profesional. No le quedó más opción que seguir desde España el desenlace de la última fecha del campeonato, en la que su club consiguió la séptima estrella de su historia, el momento más importante desde que en 2008 decidió hacerse dueño del club Unión Española.

La decisión de Sierra habría sido condicionada con el reforzamiento del plantel con nuevas figuras que llegarán el segundo semestre de este año al Estadio Santa Laura-Universidad SEK, el mismo que Segovia logró salvar en 2008 al pagar $1.700 millones por una hipoteca que el club había firmado con el Banco Santander.

Todo hace suponer que para garantizar a Sierra esos recursos financieros y humanos, Segovia deberá mover, una vez más, varias de las piezas que forman parte de su extendido imperio educacional. Porque desde que asumió la propiedad del club, Unión Española pasó a ser una caja receptora que ha obtenido gran parte de su financiamiento a través de préstamos y contratos por publicidad con algunos de los colegios y universidades que maneja Segovia. Una estructura de negocios que se ha expandido en 12 países, que se alimenta a sí misma con flujos y traspasos de dineros entre las diferentes empresas y donde la Universidad SEK, una corporación sin fines de lucro, forma parte esencial.

Una serie de contratos “confidenciales” que la Unión Española firmó entre 2008 y 2010 y que CIPER obtuvo, dan cuenta de cómo las finanzas del club están estrechamente vinculadas con las de la universidad y las demás empresas de Segovia. Esta es la investigación sobre cómo el resurgimiento financiero del club de la colonia española en Chile ha sido subvencionado por el lucro en la educación, un nexo que hoy abre una nueva arista a la investigación que lleva adelante el Ministerio Público y que complica aún más la situación judicial de Jorge Segovia.


CÓMO SEGOVIA SE HIZO DE LA UNIÓN ESPAÑOLA

La relación de Jorge Segovia con Chile partió en 1982, cuando inauguró el Colegio Internacional SEK en Santiago. Pero fue en las postrimerías de la dictadura y valiéndose de la permisiva legislación para la creación de universidades privadas, cuando consolidó su imperio educacional en el país al fundar en 1989 la Universidad Internacional SEK. Allí las clases comenzaron en marzo de 1990, en medio de una democracia incierta.

Por lo mismo, para él no fue un problema cuando Salvador Calera, hombre cabeza de todas las instituciones de la colonia española en el país, le planteó -junto a Juan Cueto y Abel Alonso- que se convirtiera en el salvador financiero de un club con más de un siglo de historia, que estaba en la bancarrota y con la posibilidad cierta de desaparecer. Los tres hombres formaban una especie de comisión que había conformado el embajador de España en Chile, José Antonio Martínez, para evitar la quiebra del club.

Para el diplomático, lograr el salvataje de Unión Española se había convertido en una misión prioritaria. Como el principal acreedor era el banco español Santander, no podía permitir que una institución financiera española le pusiera la lápida al club hispano.

Luego de una campaña para el olvido en 2007, cuando estuvo a punto de jugar la Liguilla de Promoción para mantenerse en la Primera División del Fútbol chileno, Unión Española comenzó 2008 prácticamente en el suelo. Su pésimo estado financiero la mantenía en quiebra y a punto de perder el Estadio Santa Laura y la sede de la Corporación en calle Carmen Nº 110. Mientras, en la cancha, la situación no mejoraba.

En el Campeonato de Apertura de ese año, el club obtuvo sólo 24 puntos, lo que lo dejaba en el 15º lugar de la tabla de posiciones, último en su grupo. No le alcanzó siquiera para clasificar a los playoffs. El segundo semestre la cosa no fue mejor y sólo se salvó del descenso por el triunfo de visita en la Liguilla de Promoción ante Deportes Puerto Montt por dos goles a uno en noviembre de 2008. Mientras en lo deportivo Unión Española seguía al debe, las gestiones promovidas por el embajador Martínez, Salvador Calera y los otros dos hombres comisionados para salvar al club de la quiebra con la ayuda casi mesiánica de Segovia, rindieron sus frutos.

Aunque la deuda de Unión Española superaba los $3.000 millones, las gestiones de Calera con los directivos del Banco Santander le permitieron disminuir considerablemente la deuda, algo que no hubiese ocurrido si los actores del trato no hubiesen pertenecido a la colonia.

El banco ejecutó la hipoteca por la sede en calle Carmen y cerró la deuda por el estadio en $1.700 millones. Sólo faltaba que Segovia saldara esa deuda. Y así lo hizo: el Estadio Santa Laura se salvó. Pero el negocio aún no estaba cerrado. Segovia había acordado con sus compatriotas no sólo saldar la deuda del club, sino que además hacerse de su control exclusivo. Para ello, debería desembolsar otros $800 millones a favor de la Corporación Social y Deportiva Unión Española, antigua titular de los de derechos del club.

El 6 de mayo de 2008, desde su posición como presidente del directorio de la Universidad SEK, Jorge Segovia hizo pública la noticia: la universidad había adquirido la propiedad de Unión Española por $2.500 millones junto a la marca del club, los pases de sus jugadores y la concesión del estadio Santa Laura por 30 años, con opción de compra.

En estricto rigor, quien se hizo cargo de Unión Española S.A.D.P. nunca fue la universidad, sino que su controladora: el Colegio Internacional SEK Chile S.A., que posee el 98,5% de la universidad y el 99,99% de las acciones del club. Era el salvavidas que el club necesitaba para salir de la crisis, pero también el punto de partida para gran parte de los problemas que alejaron a Segovia de la presidencia de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), del país y que hoy mantienen a la casa de estudios privada en el ojo del Ministerio Público.


CONTRATOS INHABILITANTES

A fines de 2010, Jorge Segovia fue protagonista de uno de los procesos más polémicos del fútbol chileno en los últimos años: la salida de Marcelo Bielsa de la banca de la Selección Nacional. La candidatura de Segovia a la presidencia de la ANFP había recibido el apoyo de los tres clubes grandes (Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica), los que lideraban la oposición a la administración encabezada por Harold Mayne-Nicholls. Fue una guerra declarada entre clubes grandes y pequeños por la repartición de excedentes del Canal del fútbol (CDF), un millonario botín que les significaba ingresos suculentos cada año. Mayne-Nicholls había propuesto la repartición igualitaria entre los clubes miembros de la ANFP. Mientras que Segovia y los dirigentes que lo apoyaban, postulaban una repartición proporcional de acuerdo al tamaño de los equipos y, por lo tanto, al rating que generan.

El 4 de noviembre de 2010, Segovia fue elegido presidente de la ANFP. Pero nunca llegó a ejercer el cargo. Fue inhabilitado el 22 de noviembre de ese mismo año por el directorio de la ANFP en virtud del artículo 164, letra i), del Reglamento de la Asociación. Éste establece que "no podrán ser dirigentes de la Asociación o de algunos de sus clubes afiliados: … las personas naturales que por sí, o a través de su cónyuge o sus parientes, hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad, o de sociedades o empresas en las cuales sean director o dueño directo o a través de otras personas naturales o jurídicas de un 10% o más de su capital, hayan celebrado actos o contratos de cualquier naturaleza con las Asociación o sus clubes asociados".

Segovia fue derrotado por una serie de contratos que había firmado Unión Española con sus empresas relacionadas, entre las cuales estaban la universidad y el colegio SEK. Aunque finalmente la cláusula que le significó la salida de la ANFP fue eliminada y Segovia siguió siendo parte del directorio de la ANFP como vicepresidente, y también del CDF; esos mismos contratos volverían a complicar sus negocios casi tres años después.

Porque son esos documentos, que hasta ahora se habían mantenido ocultos, los que ponen en jaque su situación ante la justicia por posible lucro a través de la Universidad SEK.


SUBVENCIÓN PUBLICITARIA

El primero de esos contratos se firmó cinco días antes de que Segovia anunciara públicamente la compra del cuadro hispano. El 1 de mayo de 2008, Unión Española y el Colegio Internacional SEK Chile firmaron un contrato confidencial que sellaría el estrecho vínculo que desde entonces mantiene unidas las finanzas del club con los negocios educacionales de Segovia.

El documento -que CIPER comparte a sus lectores-, establece la creación de una cuenta corriente para traspasarse mutuamente entre el colegio y el club dineros y valores “sin aplicación a usos determinados y sin obligación de mantener una (parte) a la orden de la otra”. No aparecen identificados ni el banco ni el número de cuenta ni los montos involucrados, pero sí se señala que la cuenta estará abierta por períodos de cinco años renovables automáticamente –el primero de esos períodos acaba el 31 de diciembre de 2013– y que, al momento de la firma, ya se habían realizados los primeros movimientos, que correspondían a “dineros traspasados de fondos de parte de la sociedad ‘El Colegio’ a ‘Unión Española’”.

Un mes después, el 2 de junio de 2008, la nueva administración del club cerró otros dos contratos “confidenciales” con empresas de Segovia, aunque esta vez para vender espacios publicitarios en el Estadio Santa Laura y en la camiseta del primer equipo. El primero de ellos fue con el Colegio Internacional SEK Chile, por un total de $500.000.000. En ese documento, Unión Española acordó reservar espacios determinados dentro del estadio, durante el Campeonato de Clausura de 2008 y toda la temporada de 2009, para publicitar la marca SEK como sponsor del club. También se incluiría la publicidad en las camisetas de los jugadores, que sería parte del uniforme oficial durante el mismo período. Pero el cobro fue doble, porque exactamente las mismas condiciones son las que aparecen estipuladas en el segundo contrato que firmó Unión Española ese día, aunque esta vez con la Universidad SEK, por un total de $300.000.000.

Según ambos contratos, los pagos se dividirían en montos imputables al ejercicio de cada año. Lo correspondiente a 2008 suma unos $587,9 millones, que equivale a casi tres cuartas partes de los ingresos que Unión Española recibió ese año por concepto de publicidad. También al 46,1% de los ingresos totales del club que, de acuerdo a su Memoria de 2008, se alzaron por sobre los $1.275 millones.

Para el año siguiente, y a pesar de que tenía los espacios publicitarios ya comprometidos, Unión Española logró obtener más ingresos por publicidad sin tener que buscar “clientes externos”. En la sesión del directorio del club del 4 de diciembre de 2008 (ver acta), Segovia dio cuenta a los demás miembros de acuerdos publicitarios con otras seis de sus empresas educacionales en Chile y el extranjero, todas vinculadas a la marca SEK. Ellas son: Institución Internacional SEK S.A. (Chile, dueña del Colegio SEK Pacífico, ubicado en Concón), Colegio Internacional SEK Costa Rica S.A., Kotska Profesores Reunidos del Ecuador S.A., Colegio Metropolitano Cía. Ltda. (Ecuador), Colegio Internacional SEK-Ecuador S.A. y con la Universidad Internacional SEK Ecuador. El directorio aprobó de forma unánime la celebración de esos contratos "dadas las necesidades financieras del Club y que los precios negociados por el uso de la marca son superiores al promedio del mercado".

Todos los contratos –también “confidenciales”– se firmaron en los primeros días de 2009 y en total, sumaban unos $363,5 millones que ingresarían a las arcas del club directamente desde la red educacional de Segovia. Si a ese monto se le agrega el remanente de los dos contratos firmados en junio de 2008, la cifra final de ingresos por publicidad con empresas de la red internacional SEK en 2009 alcanza a $575,5 millones, casi el 54% de lo que Unión Española percibió por publicidad ese año.

Para la temporada 2010, todos los contratos previos habían caducado. De ahí que en enero de ese año, Unión Española suscribiera dos nuevos acuerdos publicitarios con la Universidad SEK y con la Institución Internacional SEK S.A. Los contratos mantenían las mismas condiciones que los anteriores y sumaban $620 millones. En total, entre 2008 y 2010 los contratos por publicidad entre Unión Española y las empresas de Segovia obtenidos por CIPER, suman ingresos a favor del club deportivo por $1.783,5 millones, de los cuales $800.000.000 salieron directamente de la Universidad SEK, la única de las entidades mencionadas que, por ley, no tiene fines de lucro y que, según los registros del mismo club, es uno de sus principales deudores.


LOS OTROS APORTES SEK

Los negocios por concepto de publicidad con las empresas educacionales de Segovia le han significado a Unión Española un ingreso fresco de dinero que se ha visto reflejado en los resultados deportivos. Y en consecuencia, en los financieros. En otras palabras, han sido clave para el despegue del negocio que el pasado domingo 26 de mayo llevó al equipo que dirige José Luis “Coto” Sierra a levantar la séptima copa de su historia. Y eso el director técnico lo sabe muy bien: él mismo formó parte del directorio que visó varios de esos contratos entre 2008, cuando era jugador, y 2010, cuando asumió el mando del equipo.

Y Jorge Segovia se encuentra como accionista mayoritario y único controlador tanto de las entidades educacionales SEK como de la Unión Española.

El primer semestre de 2009, casi un año después de que Segovia tomara las riendas del club, el equipo resultó primero en la fase regular del Campeonato de Apertura, jugó y perdió la final con Universidad de Chile y clasificó a la Copa Sudamericana, siendo eliminada en la segunda ronda por Vélez Sarsfield, de Argentina. En el segundo semestre clasificó a los playoffs y llegó a cuartos de final. Esos resultados, de acuerdo a la Memoria 2009, le significaron terminar el año con un patrimonio 69,2% más alto respecto de 2008 y aumentar en un 82,2% sus ingresos.

Al año siguiente, cuando Unión Española terminó cuarta en el campeonato nacional, clasificando a la Copa Libertadores 2011, los ingresos totales del club ya superaban los $2.589 millones. En 2011, según los últimos estados financieros que el club le entregó a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), esa cifra se alzaba por sobre los $3.899.962.000.

Los aportes de las empresas de Segovia no se han limitado sólo a los contratos por publicidad. Las mismas memorias anuales que Unión Española ha entregado a la SVS dan cuenta de que el vínculo del club con los negocios educacionales de su controlador es mucho más estrecho y que existen distintos canales por donde fluyen los dineros.


PRÉSTAMOS DE EMPRESAS RELACIONADAS

Al acabar 2008, los registros financieros de Unión Española registraban deudas por cobrar por más de $644,5 millones a empresas relacionadas, de los cuales el 37,5% correspondía a una deuda de la Universidad SEK con el club. En 2009, la misma universidad encabeza una lista de “clientes” que aparece en la memoria de Unión Española y donde además figuran el Colegio Internacional SEK Chile, el Colegio Internacional SEK Costa Rica, la Universidad SEK Ecuador y otra sociedad que controla un colegio de la red en Quito. Ese año las deudas por cobrar superaban los $492,4 millones. De ese monto, el 25,2% correspondía a deudas por parte de la universidad.

Lo mismo ocurre en los registros de 2010 y 2011, donde entre las instituciones individualizadas como “deudores por ventas” aparece la Universidad SEK, con deudas por montos de $263 millones y $285 millones, respectivamente. En ninguno de esos documentos se indica el origen de la deuda.

Asimismo, durante los últimos años, Unión Española se ha financiado con créditos otorgados por las mismas empresas de la red de Segovia. Poco después de que el Colegio Internacional SEK Chile tomara el control del club en 2008, le entregó un préstamo por $30.000.000 (ver contrato). Al año siguiente, la misma entidad le entregó seis créditos por distintos montos que en total alcanzan a $391 millones.

Otra empresa de la red SEK que ha otorgado créditos a Unión Española es Blue Marble Associated S.A., una sociedad radicada en Panamá que Segovia ha utilizado para invertir en distintas empresas en diferentes países y que figura en la lista de las 14 empresas relacionadas declaradas por la Universidad SEK al Ministerio de Educación. Se trata de dos préstamos por un total de US$ 205.000 (poco más de $102 millones), a los que se suma otro aportado por la Universidad SEK Ecuador. De todos estos contratos por mutuos a los que CIPER tuvo acceso, este último es el que contempla un monto mayor de manera individual: $104.938.672 (ver contrato).

Los distintos contratos que CIPER revisó dan cuenta de cómo opera la millonaria estructura internacional de negocios que controla Jorge Segovia (ver cuadro de empresas), a través de transacciones entre sus distintas sociedades. En ese escenario, Unión Española es sólo una pieza más que se ha visto beneficiada por los flujos de dinero que provienen de su imperio educacional. Lo mismo ocurre con la Universidad SEK, y la forma en que encaja dentro de esa estructura es precisamente lo que ha motivado la investigación sobre el lucro que ha hecho Segovia desde esa casa de estudios. Un flujo de dinero que se suma a las acusaciones que ya enfrenta por sus vínculos con el ex presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), Luis Eugenio Díaz, para obtener presuntamente la acreditación de su universidad de manera fraudulenta.

En diciembre de 2012, Jorge Segovia declaró como imputado ante los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena en el juicio por cohecho, sobornos y lavado de dinero que afecta a las universidades Pedro de Valdivia, del Mar y SEK, por la acreditación que Díaz les habría otorgado tras recibir pagos de los planteles.

Vía Skype -y en presencia de su abogado Luis Arévalo-, el empresario debió admitir finalmente haber tenido dos almuerzos, cuatro llamadas y una reunión con Díaz en períodos clave antes que se le otorgara la acreditación a la universidad SEK. (ver video de The Clinic).

La acreditación era de vital importancia para la concreción del plan estratégico de la universidad para superar su endeudamiento a través del aumento de cuatro mil a doce mil estudiantes en los próximos cinco años. El único incentivo para ello era lograr la acreditación de la CNA, la que le permitiría a sus alumnos acceder al Crédito con Aval del Estado (CAE), un trampolín para llegar a otro sector socio-económico.


LA UNIVERSIDAD, EL AVAL

El 1 de octubre de 2004, el Diario Oficial publicó el extracto de una prenda que Jorge Segovia constituyó a nombre de la Universidad SEK a favor del Banco BBVA. El problema es que el préstamo no era para la casa de estudios, sino que para la “Institución Internacional SEK S.A.”, una sociedad de la red de empresas de Segovia en Costa Rica. La universidad no era más que el aval para dicha empresa. Como garantía para el cumplimiento de la deuda, Segovia hipotecó salas, talleres y un laboratorio de madera construido en una superficie de 1.189,66 metros cuadrados. Si la empresa de Costa Rica no pagaba, el banco podía ejecutar esa hipoteca y quedarse con el inmueble. En otras palabras, Segovia puso en riesgo el patrimonio de la universidad, una institución sin fines de lucro, para asegurar el préstamo a una de sus empresas con fines comerciales.

Segovia y sus hombres de confianza han repetido esa misma figura en más de una ocasión. Entre los antecedentes de la Universidad SEK que tuvo a la vista la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) para el proceso de acreditación a fines de 2011, a los evaluadores les llamó la atención que la universidad figurara como aval ante millonarias deudas a favor de dos sociedades relacionadas: la Institución Internacional SEK S.A. y el Colegio Internacional SEK Chile S.A. Los montos eran tan altos que fueron uno de los principales motivos para que se la CNA rechazara la acreditación de la universidad.

El primero de esos contratos corresponde a una deuda que contrajo la empresa costarricense en octubre de 2009 con el Banco BBVA por aproximadamente $4.372 millones. Esa es otra de las transacciones de Jorge Segovia que investiga el Ministerio Público y cuya cifra no es nada despreciable, pues asciende a US$8.869.392.

El segundo de los contratos cuestionados por la CNA es por un préstamo que la sociedad controladora de la Universidad SEK contrajo con el Banco Santander por $1.688 millones. En ambos casos, la Junta Directiva de la universidad aprobó poner parte de su patrimonio como garantía de las deudas. Los montos sumados superaban por más de tres veces el patrimonio total de la universidad.

En su apelación ante la CNA, la universidad aseguró que la empresa de Costa Rica tenía los recursos necesarios para cubrir la deuda y que ese aval “nunca sería ejecutable”. Para probarlo, presentó una carta del Banco BBVA donde acreditaba que la exigencia del aval se había eliminado. El documento fechado el 7 de diciembre de 2011 dice:

Se deja constancia que a partir de este fecha, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria Chile ha eliminado la exigencia hecha a la sociedad Institución Internacional SEK S.A., de contar con la fianza, codeuda solidaria y aval de Universidad Internacional SEK, rol único tributario número 71.618.600-8 para el desembolso de los créditos cursados al amparo de crédito de fecha de 27 de octubre de 2009, otorgado en la notaría de Santiago de don Eduardo Avello Concha y sus modificaciones”.

La Universidad SEK señaló que si había aceptado ser aval del colegio había sido sólo por exigencia de la institución financiera y que sólo el edificio donde imparte educación primaria y secundaria en Las Condes, está avaluado en 10 veces el monto de la deuda, por lo que la sociedad contaba con la solvencia necesaria para cubrir lo adeudado.

La respuesta fue acogida por la CNA, la que revirtió su decisión y optó por acreditar a la Universidad SEK por dos años, hasta enero de 2014.

El 21 de septiembre de 2009, el directorio del Colegio Internacional SEK Chile S.A. decidió hipotecar el inmueble de Las Condes como aval para un crédito “por un monto no superior a los US$ 8.000.000” a favor de la misma empresa de Segovia en Centroamerica (ver acta). Lo extraño es que un mes después, el crédito que se le otorgó a Institución Internacional SEK S.A. no sólo superó ese monto, sino que el aval, en vez del colegio, era la Universidad SEK. CIPER se comunicó con varias autoridades de esa casa de estudios para que nos aclararan si se trataba del mismo crédito o uno distinto, pero no emitieron respuesta.



DIRECTORAS DICEN DESCONOCER CONTRATOS CON UNIÓN ESPAÑOLA
El monto invertido en la Universidad SEK por publicidad en Unión Española alcanza en 2012 a $100 millones, de acuerdo a lo asegurado por su rector, Oscar Acuña. Esa fue la única información proporcionada, pese a los reiterados intentos con diversas autoridades que se excusaron de hablar con CIPER.

Luis Martínez Zorzo, vicepresidente de la Junta Directiva de la universidad y director pedagógico de la Institución Internacional SEK, es el hombre de confianza de Segovia, con quien ha trabajado casi 30 años en distintos puestos de responsabilidad tanto en sus colegios como en sus universidades en el mundo. Viaja constantemente a Chile y junto a Yago Feal, vicerrector de administración y finanzas de la universidad, se encarga de los asuntos financieros y operativos de la universidad.

La Junta Directiva está integrada por su presidente, Jorge Segovia; el vicepresidente Luis Martínez; el secretario Carlos Tapia Aravena; y los miembros Santiago Perdiguero Sanmiguel (cuñado de Segovia), Carlos Gimeno Modrego, la directora ejecutiva de la Fundación Democracia y Desarrollo que preside el ex Presidente Ricardo Lagos, Clara Budnick Sinay, y la ex subsecretaria de Educación, Marigen Hornkohl Venegas (2003-2005). Estas dos últimas ingresaron en octubre de 2012, e inmediatamente después de que estallara el escándalo de las acreditaciones fraudulentas de la CNA, Marigen Hornkohl solicitó un balance financiero con una auditoría contable, pero éste aún no le es entregado. Razón por la cual –argumentan ella y Budnick- no conocen el real estado financiero de la universidad.

Cada uno de los directores recibe alrededor de $600 mil por reunión a la que asisten y son dos las obligatorias al año.

Clara Budnik dijo a CIPER que siempre que preguntan por los temas económicos se les reitera que los “colegios financian a la universidad” y que la “universidad pierde dinero y no tiene fines de lucro”. Sin embargo, no están al tanto de los montos por publicidad con Unión Española y tampoco sabían que esa casa de estudios ha servido de aval a otras instituciones de Segovia.

En la última reunión de la junta directiva del 30 de mayo, el rector Acuña restó importancia al proceso judicial que dirige el fiscal Carlos Gajardo e indicó que cuando el ex presidente de la CNA, Luis Eugenio Díaz, solicitó a través de un correo electrónico del 18 de julio de 2011, contratar a su sobrina Andrea Moraga en la SEK, a cambio de efectuar gestiones para obtener torcidamente la acreditación, ella ya prestaba servicios para la universidad, existiendo una boleta otorgada con casi dos meses de antelación a la fecha del mail de Díaz.

Lo que está claramente acreditado es que la universidad, tras haber presentado un recurso de reconsideración para alcanzar la acreditación, la consiguió y ello implicó que la Universidad SEK recibiera $859 millones por los créditos con aval del Estado concedidos a sus alumnos.


Publicado originalmente en CIPER (4/5/2013)

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