LA NUEVA VIDA DE LOS MEDIOS EN TIEMPOS DE COVID-19


No es lo mismo hacer periodismo en tiempos normales que en días de pandemia. El impacto de las medidas de distanciamiento social llegó a las redacciones de todos los medios, obligándolos a adaptarse rápidamente para poder seguir informando en un momento en que la información clara, precisa y confiable se hace más urgente que nunca. Para ellos, la cuarentena no es una opción. ¿Cómo han modificado los medios chilenos sus formas de organización y de reporteo cuando la consigna es quedarse en casa? Aquí, algunos ejemplos de las acciones, desafíos y complicaciones que han enfrentado los equipos periodísticos para resguardar su salud y al mismo tiempo garantizar la continuidad de las prensas y sus transmisiones. .



La noticia circulaba por todo el mundo: el actor estadounidense Tom Hanks y su esposa habían dado positivo por Covid-19. Era el miércoles 11 de marzo y la NBA, en Estados Unidos, anunciaba que paralizaba su temporada; todo el comercio era cerrado en Italia; y en España, se informaba que la primera persona infectada y registrada en la región de Asturias, ya estaba en coma y con respiración asistida: era el escritor chileno Luis Sepúlveda, de 70 años, que moriría por coronavirus un mes y cuatro días después.

En Chile, la enfermedad ya llevaba presente una semana y se contaban 23 personas contagiadas. Todavía no había muertos, recuperados, cuarentenas, cierres de colegios y comercio ni suspensión de actividades públicas; nada de lo que vendría. Por este lado del mundo recién todo comenzaba, pero allá afuera la situación parecía estar escapándose de las manos: con más de 102 mil personas infectadas a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretaba que esto ya era una pandemia. Y en las oficinas del diario La Tercera, se empezaban a tomar decisiones.

“Se acordó desarrollar un plan para implementar en la redacción el trabajo remoto en el entendido de que esto podría llegar a pasar, aunque aún parecía lejano. Pero después se dio todo de forma muy vertiginosa. El jueves y viernes los casos chilenos empezaron a aumentar y ese mismo fin de semana se decidió que desde el lunes 16, el sistema tenía que ser vía teletrabajo”, cuenta Sebastián Rivas, editor digital de La Tercera.

El diario, en sus distintas secciones y plataformas, se dividió en dos grupos: los que podían hacer su trabajo a distancia de inmediato y aquellos que debían esperar a que estuvieran las condiciones técnicas para hacerlo. Todo se tuvo que acomodar en apenas 48 horas. Entre el lunes 16 y el martes 17 de marzo, se entregaron computadores, se habilitó la tecnología necesaria y tanto salas de redacción como oficinas de áreas no periodísticas, quedaron prácticamente vacías. “El fin era resguardar la salud de los equipos y la continuidad del diario”, dice Rivas.

Todo se empezó a coordinar mediante grupos de Whatsapp y reuniones virtuales. Sólo unos pocos editores quedaron en el edificio haciendo coordinación y un reducido grupo de periodistas -Rivas estima que cerca del 10% de la redacción-, sigue con trabajo presencial, principalmente aquellos cuyas pautas así lo requieren. El resto, reporteando desde sus casas. Los equipos, hasta cierto punto, se han mezclado para dar apoyo en las áreas que lo necesiten, y hay periodistas de deportes, por ejemplo, que han tenido que cubrir otros frentes hoy más urgentes, según lo exija la contingencia dominada por la pandemia y su multiplicidad de efectos.

Hubo al principio aspectos que facilitaron y otros que dificultaron la transición. A favor, tenían el cambio hacía poco de su plataforma web al sistema Arc Publishing, el mismo que usan The Washington Post y El País, que facilita el trabajo remoto. En contra, que el sistema Millenium, mediante el cual se diseña y monta la edición diaria de papel, sólo permitía acceso desde las oficinas, algo que tuvieron que modificar de forma urgente y rápida desde el equipo tecnológico, considerando tanto aspectos de usabilidad como de seguridad.

Rivas cuenta: “En cuanto a la generación de contenido, hay una base que no cambia que es la relación del periodista con sus fuentes, que traspasa lo físico. Lo que sí cambia es que hay una demanda de información mucho mayor y a horarios que no habíamos visto antes. Hoy, las noches son de altísimo consumo, mientras que antes eran horarios en que éste caía. Por eso, hemos tenido que pensar en qué tipo de productos se están haciendo para ese público, y de ahí que el área de Audiencias haya generado productos especiales pensando en que la gente va a tener que estar mucho en sus hogares y que sus formas de informarse y entretenerse son completamente distintas”.

Los cambios que debió implementar La Tercera son una muestra de cómo los medios de comunicación en Chile han tenido que reaccionar, obligados a adaptarse por la contingencia sanitaria para seguir haciendo periodismo con nuevos ritmos y formas de trabajo.

A poco más de un mes de que comenzaran las cuarentenas y el trabajo remoto, Puroperiodismo conversó con editores de distintos medios para conocer los desafíos que ha impuesto la pandemia para el periodismo y cómo las redacciones los han ido sorteando. Además de La Tercera, tanto en Chilevisión como en The Clinic y El Desconcierto han tenido que modificar sus métodos de trabajo y organización para seguir informando. Porque independiente del tamaño o alcance del medio, su continuidad ha tenido que adaptarse sí o sí para seguir los ritmos, tiempos y cambios que trajo el coronavirus.


CHILEVISIÓN Y CNN CHILE EN TRES TERCIOS

Que Chilevisión formara parte de Warner Media, un grupo transnacional de canales de televisión, fue clave para anticipar lo que ocurriría. Cuando en Chile recién se empezaba a plantear la necesidad de implementar cambios, la experiencia que ya vivían otras señales del conglomerado en Estados Unidos y otros países golpeados por el brote de Covid-19, le sirvió para orientar su plan de acción.

Elías Sánchez, editor del área de Reportajes de Chilevisión, cuenta que el grupo Warner ya había definido algunas acciones y protocolos generales para sus empresas a nivel mundial, por lo que cuando comenzaron las cuarentenas en el país, los equipos de prensa de Chilevisión y CNN Chile ya se habían unido y dividido en tres: los grupos A, B y C. La medida apunta a disminuir los riesgos para la salud de periodistas, camarógrafos y otros miembros del equipo, y al mismo tiempo asegurar la continuidad de las transmisiones.

“Cada equipo trabaja presencial durante una semana, de lunes a domingo, y las otras dos semanas son vía teletrabajo. Eso es importante, porque ese último período coincide con el plazo de 14 días de cuarentena, lo que permite que ante un eventual contagio, un equipo no se convierta en un foco de transmisión para todos los demás. Es por un lado para garantizar la operatividad del canal, pero sobre todo para proteger la salud de los trabajadores”, explica Sánchez.

El domingo 26 por la noche, el grupo B terminaba su semana de trabajo presencial y Matilde Burgos, periodista y conductora de CNN Chile, lo anunciaba por su cuenta de Twitter:



La carga de trabajo ha aumentado. Son cinco editores los que están a cargo de los noticieros diarios, con turnos que parten desde las 6:00 hasta después de las 22:30, cuando se cierra el noticiario central. Y si funcionando normalmente había antes cerca de una veintena de periodistas trabajando en la producción y realización de notas, hoy cada grupo está compuesto por ocho o nueve. Los frentes se han diluido y hoy periodistas que antes cubrían secciones específicas abarcan otros temas según se requiera. Eso sí, Sánchez aclara que no es que toda la carga recaiga en quienes cumplen turno presencial, sino que “se han diseñado sistemas para que los periodistas que están en sus casas puedan elaborar piezas audiovisuales sin tener que salir a grabar y que editores puedan revisarlas desde su hogar, entonces un tercio del producto se está haciendo en formato teletrabajo y con un enfoque colaborativo”.

El resultado de esas nuevas dinámicas se puede ver en el siguiente video, con la edición central de Chilevisión Noticias del viernes 24 de abril:



¿Cómo se hace teletrabajo cuando el producto es audiovisual y se requiere de la imagen?
-Uno debe renunciar un poco a lo estilístico. Se están seleccionando más temáticas que puedan eventualmente ser desarrolladas desde el domicilio, como por ejemplo las notas tecnológicas, que no requieren salir a grabar y se pueden usar imágenes de archivo, de agencias o de las propias empresas que desarrollan los artículos, y lo que hace el periodista es realizar entrevistas a través de videoconferencia o imágenes que le aportan directamente sus fuentes. No son notas que impliquen un problema ético, sino que en general son más “inofensivas”, que tienen que ver con un servicio público o informar a la gente de cosa prácticas o educativas, como que se está desarrollando una vacuna o la generación de prototipos para respiradores, o casos humanos relacionados a la enfermedad.

Para el editor, lo positivo de las nuevas formas de organización es que el trabajo focalizado con equipos pequeños ha estrechado y hecho más eficientes las relaciones entre editores y periodistas, pues cuando son más y están repartidos en diferentes pautas, es también mayor la dificultad para darles seguimiento y acompañamiento. Pero a la vez, también implica una renuncia a cubrir temas de mayor profundidad, pues "no están los tiempos, el espacio ni las condiciones para desarrollarlos como antes de la pandemia", explica Sánchez. Porque además, dice que se ve cómo también el consumo noticioso ha cambiado: con los temas policiales, por ejemplo, hoy el rating baja, y la gente, en general, no está viendo otras cosas que no tengan que ver con el coronavirus.


LA CUARENTENA DE THE CLINIC: NO SALE IMPRESO

Patricio De la Paz asumió como editor de The Clinic apenas unos días antes de que todo cambiara, por lo que recién llegado tuvo que implementar un sistema de trabajo distinto junto al equipo que encabeza la periodista y directora del medio, Macarena Lescornez. Ahora, todo el trabajo se hace de forma remota.

“Cada uno en su casa, conectado varias veces al día en reuniones a través de internet (con Zoom, Hangouts y ese tipo de soportes) y usando también activamente el mail y el WhatsApp. Toda la coordinación es en línea; no sólo entre periodistas, sino también con diseñadores, colaboradores externos y personal administrativo. ¿Y, sabes?, funciona bastante bien”, cuenta De la Paz.

A diferencia de los otros medios, el cambio en la modalidad de trabajo implicó una modificación profunda en la forma de publicar: hace un mes que The Clinic suspendió su edición impresa para concentrarse en la web. No es que hayan dejado de producir, sino que lo mismo que saldría en el papel hoy sale a través de publicaciones especiales digitales. A la fecha, ya van tres ediciones en esa modalidad.

Portada y contraportada de la tercera edición especial online que lanzó The Clinic durante su cuarentena voluntaria (jueves 23 de abril).

Fuera de eso, el ritmo de trabajo se mantiene: 10 periodistas, un audiovisual y un encargado del humor que siguen haciendo el trabajo diario que va en redes sociales y en su página web, así como también continúan trabajando temas de más largo aliento y con más tiempo. Pero todo de forma virtual: las reuniones de pauta de los lunes donde participa todo el equipo; las que tienen los editores a diario por las mañanas; y cualquier otra para coordinar el reporteo durante la semana.

Ante la pregunta de cómo ha cambiado el tipo de temas que incorporan en sus pautas, De la Paz cuenta que “se buscan temas como siempre: mirando lo que ocurre, datos que te llegan, llamados telefónicos para indagar ciertas materias, conversaciones con fuentes, etc. La manera de buscar temas no varía demasiado respecto de la época pre Covid-19. El reporteo sí es distinto, ya que no hay periodistas saliendo a terreno. Se hace todo por teléfono, Whatsapp, videollamadas y redes sociales. Los que eran reporteros en terreno han debido adaptarse a esta nueva modalidad. A veces no es tan fácil, pero se logra. Hemos publicado incluso textos cercanos a la crónica que se han realizado en modalidad de teletrabajo”.

Lo que sí, el editor reconoce que la diversidad de temas hoy se encuentra condicionada al coronavirus, y que casi todo lo que no esté relacionado a la pandemia ha quedado congelado. Para él, el principal desafío consiste entonces en encontrar flancos y orillas por donde entrar “al tema del que todos hablan” y descubrir puntos de vista frescos y novedosos que aún sorprendan. “Es lo que estamos tratando de hacer en The Clinic e imagino que todos los medios están en una cuerda similar -dice De la Paz, y agrega-. Pienso que la reflexión, por una parte, y las historias humanas, por otra; son buenas acompañantes en esa tarea. Esta plaga que nos azota no es sólo un asunto de cifras, se trata sobre todo del ser humano”.


TIEMPOS DE CREATIVIDAD EN EL DESCONCIERTO

La decisión de llevar el trabajo completamente a la casa, la tomaron en El Desconcierto antes de que la autoridad comenzara a decretar cuarentenas. Periodistas, editores y personal administrativo; todos hoy están bajo modalidad de teletrabajo, conectados vía Whatsapp, videoconferencias y por teléfono. Para un grupo, los que realizan labores de mesa actualizando información y levantando pautas a partir de lo que va sucediendo en el momento, acostumbrados al trabajo remoto, la adaptación no fue tan brusca: la modalidad de reporteo se mantuvo, sólo cambió la locación. No así para quienes realizan reportajes más en profundidad.

“Diría que hoy por hoy, es casi irrelevante el trabajo que han hecho en la calle los colegas que conforman ese equipo, a diferencia de antes que era esencial. La mayor parte del reporteo la hacen ahora por medios remotos que antes sólo eran complementos, pues siempre es preferible el contacto directo con las fuentes. Espero que esto sea breve porque tampoco es bueno perder ese contacto y a través de una pantalla se pierde mucho de lo que se gana en entrevistas presenciales. ¿Se puede hacer un buen trabajo desde la casa? Sí, y es incluso más eficiente, pero no puede ser permanente. Aunque se entiende que debemos cuidar nuestra salud y la de nuestras fuentes, eso es lo primordial”, dice Sergio Jara, director de prensa de El Desconcierto.

En ese contexto, han optado por potenciar su trabajo a partir de datos, sobre todo aquellos relacionados con el Covid-19, temática que, según Jara, “se ha tomado cerca del 80% de la pauta”. El editor cuenta que, en todo caso, esta crisis, sumada a la ocasionada por el estallido social del 18 de octubre de 2019, la han aprovechado y les ha permitido crecer, llegando a tener más de 11 millones de usuarios, lo que los ha puesto en una posición favorable para, en vez de reducir, fortalecer su equipo con periodistas más experimentados y mejorar sus procesos de producción informativa. Así, señala que en vez de modificar su pauta por la pandemia, han tenido que ampliarla, profundizando la rigurosidad en su trabajo, centrando el foco siempre en el sentido ciudadano y en la utilidad pública y apostando por ganar terreno frente a medios más grandes.

Cuenta Jara: “Hemos aprovechado esto para también jugar con la creatividad, desarrollando productos con distintos formatos. Nuestro editor, Claudio Pizarro, está desarrollando cápsulas con videos que nos manda la gente con testimonios vivenciales para construir crónicas audiovisuales de la cuarentena, por ejemplo. Es algo que antes no hacíamos. También tenemos nuestro matinal. Ahora que es más difícil llegar a las historias más íntimas de forma directa, es cuando debemos echar a andar la creatividad. Aquí trabajan varios profesionales que llevan varios años desempeñándose en medios online, y quiénes mejor que ellos para enfrentar estos cambios” .


Publicado originalmente en Puroperiodismo (27/04/2020)

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