LAS DOS MUERTES EN COMISARÍAS QUE LA FISCALÍA INVESTIGA COMO SUICIDIOS


Ocurrieron hace justo un mes, bajo estado de excepción. Uno falleció en Peñaflor, el otro en Molina. Ambos casos aparecen mencionados en el informe de Human Rights Watch, pero son investigados por la Fiscalía como suicidios. En uno de ellos, la familia duda del rol de Carabineros.

Por Juan Pablo Figueroa y Sebastián Palma



Ana Castillo cuenta que con su esposo, César Mallea (49), tenían planeado irse al sur a trabajar de temporeros, como ya lo habían hecho una vez. Llevaban separados seis meses, pero ahora último se estaban reencontrando. A él lo veía bien: trabajando en una desarmaduría mecánica con su padre y recuperando la relación con Catalina, la mayor de sus tres hijos, tras un tiempo distanciados. El jueves 24 de octubre, cerca de las 17:00 horas, él llegó con su ropa sucia del taller. "¿Vamos a comer algo rico, Ani?", le dijo. Los dos, y el hijo de 9 años de ella, partieron entonces a comer papas fritas en un local de Malloco, en Peñaflor. "Se reía, estaba contento", recuerda Ana.

A las 20:30, él se cambió de ropa y se fue. Pasó donde su hija y ahí estaba cuando a las 22:00 comenzó el toque de queda. Cerca de las 23:30, partió manejando su viejo Nissan V16. Poco antes de las 1 de la mañana del viernes 25, César Mallea volvió a casa de su esposa, pero ella dice que no alcanzó a abrirle y cuando se asomó a la puerta, ya se había ido.

A las 2:30 a Ana la llamaron de un número desconocido. Era su esposo. Le dijo que el teléfono era de una funcionaria de la 56° Comisaría de Peñaflor, adonde lo llevaron detenido por infringir el toque de queda y conducir en estado de ebriedad. Le dijo que no se preocupara, que estaba bien y que al día siguiente pasara temprano a buscarlo, tras el control de detención.

Sonaba tranquilo y Ana recuerda que hasta reía. Después la llamó otras dos veces, la última cerca de las 3 de la mañana. En la cuarta llamada, pasadas las 4, la voz ya no era de César: una carabinera requería su presencia en la comisaría y para ello la fueron a buscar en un vehículo policial. Recién cuando llegó y los carabineros la esperaban en un simicírculo, supo por qué él ya no podía hablar: César Mallea había muerto ahorcado en el calabozo.

MORIR EN ESTADO DE EMERGENCIA

El Ministerio Público investiga 23 muertes ocurridas en los nueve días de estado de emergencia en Chile. 16 fallecidos fallecieron en saqueos, cinco decesos se atribuyen a la acción de agentes del Estado; y dos murieron en recintos policiales. Uno de estos últimos era César Mallea. El otro es Germán Aburto (30), detenido en Molina, Región del Maule, el sábado 26 por la tarde. Ambos aparecen brevemente mencionados en el informe de Human Rights Watch sobre la situación de los derechos humanos en Chile desde que estalló la crisis social el 18 de octubre. "La Fiscalía Nacional también está investigando la muerte de dos hombres bajo custodia de carabineros, que actualmente considera suicidios", dice el reporte de Human Rights Watch.

Tanto Mallea como Aburto estaban detenidos por delitos comunes. Mallea cayó en el toque de queda manejando ebrio (su alcotest marcó 1.56). En Molina, donde vivía Aburto, ni siquiera hubo toque de queda: fue detenido en su casa luego de que su madre lo denunciara por golpearla, intentar ahorcarla y amenazarla con un revólver, según informó Carabineros.

Como ambos se encontraban bajo custodia del Estado, sus muertes pasaron de inmediato a tratarse como casos de derechos humanos, de acuerdo a un protocolo vigente desde mayo para tratar ese tipo de decesos, según lo establecido en el Protocolo de Minesotta, que define un modelo internacional para investigar eventuales ejecuciones extrajudiciales y la responsabilidad penal de los efectivos encargados de su custodia.

En Peñaflor, el nombre de Mallea resuena en el ambiente. En locales comerciales, en la locomoción colectiva y en la calle hay gente que dice que lo mataron. Se hizo una velatón y hasta un cabildo en su memoria. "Justicia para César Mallea", dice un cartel colgado hace unas semanas en la Plaza de Malloco, frente a la escuela donde estudió de niño y trabaja su hermana Marusella, quien ha emprendido una cruzada para esclarecer qué pasó esa noche. "¿Que se haya suicidado? De plano lo descarto. Nadie me va a venir a contar algo que yo sé que mi hermano es o no es capaz de hacer", dice.


LAS DUDAS DE LOS MALLEA

Martes 29 de octubre. Marusella Mallea llegó invitada a la sesión de la Comisión de DD.HH. del Senado y explicó frente a los parlamentarios por qué no cree la tesis del suicidio.

Se refirió a la ropa. Que su hermano ingresó con jeans y polera y lo entregaron con un pantalón de buzo gris que no era de él, sin explicación del por qué. Mencionó moretones en su cara y espalda y habló del registro de las cámaras que le mostraron en la comisaría. Fueron dos videos: uno donde Mallea aparece ingresando al calabozo y un segundo donde ya está colgado e inherte, con tres funcionarios que entran a asistirlo. La secuencia completa, según le habrían dicho en ese momento, no estaba registrada por una "falla técnica" de las cámaras.

Pero el video completo sí existe y es parte de la carpeta que lleva Paola Salcedo, fiscal jefe de Talagante y quien tiene a su cargo la investigación. El proceso ya cuenta con seis declaraciones ante policías de la Brigada de Homicidios de la PDI, el parte de detención, los registros de urgencias del Hospital de Peñaflor y el informe de la autopsia realizada en el Servicio Médico Legal de Melipilla (SML). Todo, hasta ahora, apuntaría a un suicidio.

"Hasta el momento, la carpeta no indica un hecho constitutivo de delito. ¿Pudiera eventualmente aparecer información que dé vuelta todo esto? Sería extraño, pero siempre puede ocurrir porque aún hay diligencias pendientes. Con el revuelo que ha despertado el caso, no tenemos ningún interés en hacer una investigación a medias", explica la fiscal.


BITÁCORA DE UN ENCIERRO

César no llegó lejos cuando se fue de la casa de su esposa. Avanzó un par de cuadras y Carabineros lo detuvo a la 1:00 am, en la esquina de Miraflores con Rosales. Sin salvoconducto y con alcotest positivo, lo llevaron al Hospital de Peñaflor para constatar lesiones y practicarle una alcoholemia. Lo atendieron a las 2:02. A las 2:15 llegó a la comisaría. Lo ingresaron, entregó sus pertenencias, se sacó los cordones de sus zapatillas y le entregaron dos frazadas. Entró a uno de los tres calabozos y como la banca estaba ocupada por un sujeto que en todo momento aparece durmiendo y tapado de pies a cabeza, se instaló en el suelo.

A las 2:56 habría roto una frazada, descosiendo la huincha del borde. Un minuto después entró una funcionaria que le entregó unos documentos para que firmara. Nunca se le vio pasándole un teléfono ni a él hablando. Ella vio el pedazo de huincha y se lo llevó. Cuando se fue, él siguió rompiendo lo que quedaba de la costura de la frazada.

-¿En el video aparece César suicidándose?
-Aparece y no aparece -responde la fiscal Salcedo.

El calabozo se ve nítido en la imagen salvo por una esquina donde todo figura difuso. Ahí se puso César, estuvo unos instantes. A las 3:11 se habría colgado de unos barrotes usando la huincha de la frazada. El video siguió corriendo, pero él quedó estático.

Ningún carabinero se asomó a la celda sino hasta media hora después. En Carabineros aseguran que siempre que alguien muere en sus dependencias existe responsabilidad administrativa de quienes estaban de guardia y eso es lo que ahora se investiga en un sumario que se abrió para averiguar qué falló esa noche. La falta de monitoreo de los videos y la ausencia de funcionarios en el calabozo durante 30 minutos es parte de lo que se indaga. Preliminarmente, la institución lo atribuye a la falta de personal en la unidad, por el despliegue debido al estado de emergencia.

Cuando se percataron de lo que ocurría en el calabozo, tres carabineros le hicieron sin éxito maniobras de reanimación. Lo subieron a una radiopatrulla y lo llevaron de urgencia al Hospital de Peñaflor. A las 4:05 se certificó que César Mallea había muerto.

Su autopsia determinó que la causa del deceso fue asfixia por ahorcamiento. No evidenciaba lesiones atribuibles a terceros, salvo por unas fracturas en su tórax que la fiscal atribuye a las maniobras de reanimación, aunque es algo que aún deben confirmar los tanatólogos del SML. Los moretones, dice Salcedo, eran posiblemente livideces cadavéricas que se forman cuando la sangre deja de circular por el cuerpo.

Marusella Mallea ya se ha contactado con el Instituto de Derechos Humanos (INDH), desde donde esperan los avances de la fiscal Salcedo para decidir qué pasos seguir. Aunque a ella aún le quedan personas por entrevistar y someter el video a peritajes para descartar cualquier manipulación, su tesis apunta a que Mallea efectivamente se suicidó. En ese contexto, la fiscal hoy indaga si, además de las responsabilidades administrativas, "hay una arista penal no desde la violencia, sino que de una omisión punible, por la oportunidad del socorro".

OTRA MUERTE, OTRA FRAZADA

Hace un tiempo, un imputado rompió las cámaras que había en la 4° Comisaría de Molina y por falta de recursos, no se han repuesto. Por eso, a diferencia del caso de César Mallea, no hay registro audiovisual que permita dilucidar lo que le ocurrió a Germán Aburto, un técnico deportivo detenido por violencia intrafamiliar pasadas las 21:00 del sábado 26 de octubre, el día en que que se suspendió, tras siete noches consecutivas, el toque de queda en varias regiones del país.

En el poco tiempo que estuvo en el calabozo, según Carabineros, se autoinfringió golpes y lesiones, pero ninguna para ponerlo en riesgo. A pesar de ello, la guardia le dio el espacio suficiente para hacer lo mismo que César Mallea: descoser la frazada que le dieron para abrigarse y con la huincha del borde colgarse de unos fierros que había sobre la puerta corredera de su celda. Al menos, los antecedentes que maneja la fiscal jefe de Molina, Mónica Barrientos, apuntan a que así sucedió. La persecutora dice que el informe preliminar de autopsia entregado por el Servicio Médico Legal no es compatible con la tesis de la acción de terceros en su muerte. Pese a ello, sigue abierta la investigación y hay diligencias pendientes.


Publicado originalmente en La Tercera PM (28/11/2019)

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