
–La reforma no es un aporte porque se pueden aumentar las horas, pero si la calidad de los alumnos y los profesores sigue siendo la misma, no sirve de nada. Nosotros ya lo hicimos y los resultados han sido pésimos. En el último SIMCE nos fue horrible –cuenta Claudio Salcedo, director del Liceo San Gerónimo, donde las horas de matemáticas y lenguaje se aumentaron en 2008.
Al año siguiente, los puntajes de los alumnos de cuarto, octavo básico y segundo medio, se mantuvieron o cayeron, con la excepción de los más grandes, que subieron en matemáticas. Pero todos ellos están entre 20 y 50 puntos bajo el promedio nacional. La situación más grave es la de los niños de cuarto básico: si se tomaran a 100 colegios con similar perfil socioeconómico, ocuparía el lugar 97 del ránking de lectura.
La conclusión de Salcedo es que los cambios tienen que ver con la forma en que se hagan las cosas dentro de la sala de clases y no con la cantidad de horas que se dediquen a la enseñanza de determinadas materias. En el Liceo San Gerónimo el aumento de horas vino acompañado de capacitaciones a los docentes entregadas por el Mineduc, pero el director dice que no sirvieron, pues se trató de seminarios que duran en promedio una semana, los que a su juicio no tienen sentido si no se hacen in situ, con una metodología de seguimiento constante.

–Pero esto no es un tema de más horas de clases, sino de cómo se hacen las cosas al interior de la sala –dice Pedro Cancino, director del liceo.
El proyecto que aplicaron era más integral. Además del aumento de horas, implementaron dos horas extra por las tardes para reforzar a los alumnos con mayores dificultades. Según Cancino, los 220 jóvenes que ingresan cada año a primero medio vienen de más de 200 colegios distintos con diferentes niveles de desarrollo educacional, por lo que la nivelación se vuelve importantísima. Pero además, hubo cambios estructurales. Se implementó un programa de capacitación y evaluación de los profesores, se tuvo que invertir en materiales e implementos de apoyo al proceso educativo y se cambió en gran parte la metodología. Por ejemplo, durante las mañanas el profesor de matemáticas es el regular, pero en las tardes se han contratado alumnos de los últimos años de pedagogía para el reforzamiento.
–Además hubo que cambiar muchas cosas conceptuales. Se tuvo que convencer a los profesores de que los alumnos sí pueden aprender y que los resultados son su responsabilidad. Además se crearon estímulos para las evaluaciones de los docentes. Es todo un proceso integral, que ha significado tener un mayor monitoreo de cómo se hacen las clases y una constante evaluación de los procedimientos educativos. No es sólo haber puesto más horas –dice Cancino.
Este artículo forma parte de la investigación publicada por CIPER el 03/12/2010, titulada Reforma a la Educación: Las dudas que rondan a los nuevos planes de estudio anunciados por el gobierno
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